¿Cómo plantar un hueso de níspero?

El níspero es una de las frutas más sabrosas y saludables que podemos incluir en nuestra dieta. Dulce o ácido, este producto de la naturaleza reúne todas las cualidades para ser una estupenda merienda en primavera. ¿Sabíais que es muy sencillo cultivar un árbol de esta especie en nuestro jardín?

En este artículo hablaremos sobre las características de esta planta y de cómo conseguir un ejemplar a partir de un hueso de níspero.

¿Cómo es el árbol níspero?

El árbol que da nombre al fruto, también conocido como Eriobotrya japonica, es una especie tan mediterránea que muchas veces solemos pensar que ha estado con nosotros desde siempre.

Si nos fijamos en su nombre científico, sin embargo, ya nos da una pista sobre que su origen, que en realidad está en las antípodas de la cuenca mediterránea, aunque no en el país del Sol naciente, como podríamos imaginar en un primer momento, sino en el sudeste de China.

Se trata de una de esas especies todoterreno que los humanos hemos ido transportando y naturalizando en muchos lugares del mundo. Esto, aunque a priori parecería una ventaja, ya que podemos replicar su cultivo en diferentes puntos del globo, tiene unas consecuencias para todos conocidas: cuando introducimos una especie en un ecosistema ajeno, estamos corriendo el riesgo, como con cualquier otra especie invasora, de sustituir a las propias del lugar.

La especie de la que venimos hablando no es una excepción, ya que, tanto ecosistémica como socialmente, el níspero japonés ha ido sustituyendo al níspero europeo (Mespilus germanica).

Es un árbol que puede alcanzar los 7 metros de altura pero que, normalmente, se cultiva en portes bajos para poder recolectar su preciado fruto con más facilidad. Cuenta con un tronco gris, y sus hojas tienen un corto peciolo y márgenes algo aserrados, fácilmente distinguibles por la marcada nerviación y color grisáceo en el envés de la hoja, y el color verde oscuro y tacto coriáceo en el haz.

_{Níspero en flor}

¿Cuándo desarrolla frutos el níspero?

Sus bonitas flores blancas dan paso a frutos que aparecen a finales de invierno o principio de primavera.

Se caracterizan por presentar una superficie anaranjada, repleta de un fino vello, que es muy fácil de retirar, accediendo a su interior: una pulpa de color más claro y muy sabrosa, que puede resultar más dulce o más ácida (según la variedad y el individuo concreto) y que suele presentar de 1 a 5 semillas.

Estas son fácilmente germinables en nuestro hogar, como ocurría con la semilla del aguacate. Es por ello que son muy utilizadas por los amantes de la jardinería, trabajadores agrícolas o en colegios e institutos para mostrar el proceso de germinación al alumnado.

¿Cómo germinar las semillas de níspero?

Aunque la semilla o hueso del níspero se puede germinar plantándola directamente en el suelo, desde aquí recomendamos que, para llevar a cabo este proceso, se realice una germinación artificial.

_{Recetas con níspero}

Para ello necesitamos contar con algunos nísperos maduros que contengan en su interior las semillas; papel absorbente, pudiéndonos servir el papel de cocina común; un recipiente, preferiblemente de plástico opaco o, en su defecto, papel de aluminio, y agua.

1. Esterilizar el recipiente

Lo primero que debemos hacer cuando queramos iniciar el proceso de germinación, es lavar a conciencia el recipiente de plástico, de modo que quede lo más esterilizado posible. No es necesario llevar a cabo ningún proceso complejo, sino que es suficiente con utilizar agua y jabón para poder eliminar, lo máximo posible, los microorganismos que pudieran interferir.

2. Extraer las semillas del fruto

A continuación, debemos extraer las semillas de los nísperos maduros, cuya pulpa podemos comernos y así obtener energía para esta actividad. Es importante llevar a cabo esta tarea justo cuando vayamos a germinar los huesos de la fruta, para que estos no pierdan poder de germinación.

Una vez hemos extraído estas semillas, las lavaremos bien para dejarlas libres de restos de pulpas que podrían pudrirse durante el proceso de germinación y hacer inviable la germinación.

3. Humedecer el papel absorbente

Seguidamente colocaremos varias capas de papel absorbente en el suelo del recipiente, que humedeceremos ligeramente, de manera que el papel esté completamente, húmedo pero no llegue a generar charcos en su interior.

Este paso es crucial, ya que un exceso de agua puede hacer que las semillas se pudran, por lo que siempre es más aconsejable quedarse cortos y después volver a humedecer, a que haya un exceso de agua. Si esto último ocurre, inclinaremos el recipiente de manera que extraigamos el exceso.

4. Colocar las semillas y tapar con papel de nuevo

Sobre estas primeras capas de papel absorbente dispondremos los huesos de níspero de manera que estén completamente en contacto con la superficie húmeda.

A continuación volveremos a distribuir varias capas de papel absorbente humedecido. De esta manera, las semillas estarán protegidas en un ambiente muy húmedo, lo que estimulará la germinación.

5. Situar el recipiente en un lugar oscuro

Una vez finalizado este proceso, almacenaremos el recipiente (que recordemos, debe ser preferiblemente opaco) en un lugar oscuro, ya que la luz solar puede interferir e inhibir la germinación.

Cada 2 o 3 días comprobaremos el estado de nuestras semillas, separando con cuidado la capa superior de papel absorbente. Verificaremos no solo su estado o si han aparecido restos de pudrición como los hongos, sino también el nivel de humedad del recipiente, volviendo a humedecer, con cuidado, si fuera necesario.

¿Cuándo plantar un níspero?

Cuando las semillas comienzan a germinar, lo primero que producen es la raíz, que aparecerá desde uno de sus extremos. Cuando la raíz tenga en torno a uno o dos centímetros, será el momento adecuado de extraerla con delicadeza y enterrarla en la maceta con sustrato, o en el suelo donde queramos que sea su localización final.

_{5 tareas de jardinería con papel higiénico}

Este es, probablemente, el momento más crucial de todo el proceso ya que, si durante la germinación artificial dejamos que la raíz crezca demasiado, le puede resultar más difícil adaptarse al medio final donde queramos trasplantarla. De la misma forma, tendremos que manejarla como más cuidado durante su siembra, para no quebrar esta raíz.

Si, por otro lado, retiramos la semilla del recipiente demasiado pronto, podemos interrumpir el proceso de germinación, haciendo que la planta no sea viable.

Una vez hayamos enterrado la semilla, recomendamos humedecer el sustrato superficial, aunque no de manera abusiva. Hay que proporcionar una humedad que incentive a la planta a generar la raíz, pero sin correr el riesgo de ahogarla.

Errores a evitar al plantar un níspero

No es aconsejable volver a trasplantar la planta de níspero hasta que se encuentre totalmente asentada y haya producido también parte aérea, por lo que, si no tenéis claro qué recipiente definitivo usar, os recomendamos que, en lugar de esperar, utilicéis pequeñas macetas biodegradables como las que se pueden fabricar con el cartón de un rollo de papel higiénico.

_{Imprescindibles para hacer semilleros}

Como habéis podido leer, la facilidad del proceso de germinación del níspero hace que no hayan excusas para no tener un ejemplar de esta variedad en nuestro propio jardín.

Estamos seguros de que disfrutaréis, no solo con el proceso, sino también saboreando sus frutos durante la primavera, ¡aunque tengáis que esperar un poco!